Resulta que el pasado sábado, en el barcelonés cuartel de la Guardia
Civil de San Andrés de la Barca, la delegada del Gobierno en Cataluña,
Llanos de Luna, entregó una serie de diplomas a diferentes asociaciones
civiles y militares. Para poder optar a estas condecoraciones, era
necesario ser una agrupación formada por familias de personas que
pertenecieron a unidades castrenses.
Una de las galardonadas fue la Hermandad Nacional de Veteranos de la
División Azul y, como era de rigor, toda la chusma rojo-separatista, al
enterarse –con cierto retraso, tal vez por aquello de su estado mental-
ha empezado a chillar como las hienas que son. En un alarde de
originalidad, CiU, CUP, ERC, ICV y, cómo no, el PSC han pedido la
destitución de Llanos de Luna.
Concretamente, el PSC ha emitido un comunicado considerando que la
entrega de esta distinción constituye un “grave atentado tanto contra la
memoria democrática como contra la dignidad de las víctimas de la
barbarie nazi y fascista”. Por su parte, CiU –que parece haber copiado
la nota de prensa del PSC- exige la dimisión de la delegada de Gobierno
“por una cuestión de respeto y consideración a las víctimas del
Holocausto y de la barbarie nazi”.
Cabe destacar que, además de la Hermandad Nacional de Veteranos de la
División Azul, también recibió su correspondiente diploma la Asociación
de Aviadores de la República. Obviamente, la pandilla basura formada
por la izquierda y los separatistas no ha realizado ningún comentario a
este respecto. Por lo que se ve, los bombardeos segundarepublicanos de
Córdoba, Sevilla, Oviedo o Zaragoza sí merecen un reconocimiento.
Dicho esto y por falta de espacio, no vamos a recordar en esta
columna la inmensa Gesta que protagonizaron los miles de combatientes
españoles que llevaron a Dios y el sol a una Rusia sin cielo,
martirizada por el bolchevismo ateo y genocida.
Tampoco ha de perderse el tiempo en explicar a los analfabetos
históricos de la pandilla basura algo que es más que conocido: la
División Española de Voluntarios empuñó el arma para devolver al
comunismo su visita, afortunadamente truncada, en nuestra Guerra de
Liberación.
Cualquier persona medianamente formada –el rojoseparatismo es deforme
en todos los sentidos- sabe perfectamente que nuestros valientes
divisionarios no solo no participaron en ningún genocidio ni Holocausto,
sino que su presencia en la estepa siberiana es recordada con simpatía
por aquellos civiles rusos a los que en no pocas ocasiones defendieron
del maltrato alemán. Esto no lo decimos nosotros, sino los no pocos
documentales grabados por diferentes televisiones rusas tras la caída
del comunismo.
Y no podemos olvidar a aquellos, como Ángel Sanz Briz y otros tantos,
que desde su despacho diplomático, trabajaron por salvar vidas, sin
distinción de raza o credo.
Bien está que la Hermandad Nacional de Veteranos de la División Azul
reciba un reconocimiento público pero todavía es mejor que, setenta años
después, la 250 siga siendo el blanco de las iras de los traidores y
perjuros a España. La odian por que éstos últimos saben que del
sufrimiento de nuestros heroicos guripas se alzará, algún día, como una
espiga, roja y negra, de la pólvora y la sangre, la bandera y los
ideales que forjaron la División Española de Voluntarios.
Publicado en Patriotas
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